
Si bien las empresas australianas y estadounidenses comparten un idioma común y territorios similares, sus realidades operativas difieren drásticamente. Expandirse del mercado unificado de Australia, con 26.8 millones de habitantes, al panorama fragmentado de Estados Unidos, con 335 millones, implica afrontar complejas diferencias en la cultura empresarial, los marcos legales y la dinámica del mercado que inciden significativamente en el éxito.
